19 marzo 2007

REPORTAJE A EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES


“LOS MEDIOS NO PODÍAN ALEGAR IGNORANCIA Y TUVIERON UN ROL SUMISO”


*Uno de los periodistas deportivos más importantes y prestigiosos de la Argentina, dueño de una capacidad investigadora deslumbrante, responde a cuestiones vinculadas al mundial de 1978 en el contexto de la sangrienta última dictadura militar, el papel de aquella selección comandada por César Luis Menotti, el de la sociedad y del rol de los medios de comunicación. Tampoco olvida tocar temas futbolísticos de aquellos oscuros momentos.

Entrevistador: ¿Cómo era el contexto a nivel selección allá por el ’74 y qué cambios hace Menotti?

Ezequiel Fernández Moores: “Yo empecé a trabajar en el ’78 como periodista, tenía 20 años, lo previo no lo viví.
Menotti marcó un antes y un después en cuanto a eso de la selección NACIONAL, prioridad número uno, el tipo así lo planteó. Hay dos puntos en eso: por un lado él aprovechó que los militares necesitaban una imagen fuerte, nacional, toda esta cosa pseudopatriótica y entonces, qué mejor que eso para la selección argentina de fútbol, no? Pero por otro lado también estaba la personalidad de Menotti, de poner reglas de juego más fuertes, más claras, de no decir: “yo acepto cualquier cosa”.
Entonces se juntaron esos dos factores. Los que más lo critican a Menotti dicen: “eh! Se subió a la onda dictatorial de los milicos”. Él tal vez aprovechó esas ventajas que le daba una sociedad que respiraba autoritarismo. Pero también es cierto que Menotti tenía una personalidad fuerte, no era un técnico que aceptaba cualquier cosa e imponía sus condiciones para asumir un cargo.
Entonces me parece que es injusto mencionar solo una cosa y no destacar la otra.

Ent: ¿Porqué los militares aceptan a Menotti como DT siendo él afiliado al Partido Comunista? ¿Porqué Menotti decide seguir en el cargo? Sin olvidar que cuando se produce el golpe la selección estaba de gira en Polonia y que él había comenzado a trabajar dentro de un gobierno constitucional.

E.F.M.: Sí, a Menotti lo lleva Bracuto, que era presidente de Huracán y de la AFA en ese momento. Creo que los militares lo mantienen porque comenzaron con cautela su introducción en el fútbol. Ellos sabían que estaba el mundial a dos años. La intención original de ellos era intervenir la AFA. Como se dan cuenta de que no se podía porque venía el mundial y la FIFA no acepta que se juegue un mundial en un país con la federación intervenida, entonces frenan un poco eso y se dan cuenta que había que estar con cautela.
Vieron que Menotti tenía un gran consenso y que iba a provocar un gran escándalo su eventual remoción. Me parece que esos factores pesaron. Los tipos vieron que eso podía ser un boomerang si lo echaban a Menotti.
Después, es cierto, Menotti era del Partido Comunista, pero también recordemos que EL PC TUVO UN APOYO CRÍTICO DURANTE LA DICTADURA. Sostenía que Videla era la paloma, que había halcones a su vez y entonces, no había que estar en contra de Videla porque sino venía uno peor. En ese contexto, se puede entender que el PC no era mala palabra. Por más mal que la hayan pasado y hayan desaparecido muchísimos militantes del PC.

ENT: ¿Los militares no intervienen la AFA? ¿No cambian piezas?

E.F.M.: No decretan la intervención directa, sí cambian piezas. Lo echan a Bracuto, intervienen las cuantas de la AFA, etc.
Pero inmediatamente hay una elección (entre comillas) donde lo eligen a Cantilo presidente de la AFA. Cantilo fue impuesto, está claro, por la Marina, se sabe. Cantilo tenía una pertenencia en el fútbol porque había estado en el tribunal de disciplina de la AFA, era un socio de Vélez, tenía una actuación dentro del fútbol y para los militares no era un “corrupto peronista” como los militarse etiquetaban a todos.
¿Porqué Menotti decide seguir? Menotti vio que sus condiciones se mantenían, creo que ahí está también su proyecto personal, su ambición, su deseo, su ego, su deseo de decir que su discurso sobre el fútbol valía.

ENT: ¿Pesaba más su idea que el contexto?

E.F.M.: Sí, si, se juntan distintos factores ahí. Menotti dice: “bueno, ¿pero vos seguiste en tu trabajo? ¿vos seguiste? ¿vos seguiste? ¿vos seguiste? ¿ y porqué yo no iba a seguir en el mío? ¿ o la revolución la hacemos los entrenadores?” Es toda una discusión, no? Porque no es el mismo puesto el de ahí que uno que cuente billetes en el banco, esto está claro. Pero a su vez es su trabajo. Es toda una discusión.
Después, ¿ qué rol jugó él estando ahí? Por un lado están los abrazos con algunos militares, pero por otro lado están algunas cuestiones que él defiende y que los jugadores mismos que estuvieron con él defienden donde ellos dicen que “jamás nos pidió que nos prestáramos para la dictadura, que saludáramos a Videla, que le dedicáramos los triunfos a la dictadura, jamás nos pidió una cosa así. Es más, en los discursos de él, nos pidió que miráramos a la gente, que saludemos a la gente, que estaba nuestro padre, el panadero”. O sea, reivindica el fútbol como cosa popular y de la gente. Porque la otra postura dice: “está bien, le dejamos el fútbol a los militares? Si el fútbol es de la gente. Los militares ya se quedaron con el país, con nuestras vidas y les dejamos también el fútbol? No, el fútbol es nuestro. ¿Porqué tenemos que dejárselo a ellos?
La postura militarista era la que ponía más al Toto Lorenzo en la selección. Entonces, ¿qué hacemos? ¿ nos resignamos a que triunfe el ala militarista?


ENT: Entonces, es válida la reflexión de Menotti de que el mundial era la fiesta de un pueblo, del pueblo argentino.

E.F.M.: Yo creo que sí, que es válida. No sé si la comparto enteramente, por ahí la puedo discutir, pero la entiendo como postura.

ENT: Ezequiel ¿ vos crees que el proceso por él encarado está opacado por la situación en ese momento? Que se aprovecha cierto sector del periodismo de que él estuvo en ese momento para atacarlo y pareciera que la parte futbolística quedara más de lado.

E.F.M.: Sí. Es inevitable, que sé yo. Opacar o no. El contexto, la realidad era esa. Y Argentina fue campeón en ese contexto, en esa realidad. Querramos o no, el título está inevitablemente manchado, porque verlo a Videla celebrando en el palco es duro.

ENT: Y además entregando la copa…algo nunca ocurrido.

E.F.M.: Claro, no es una cosa fácil de digerir, ¿no? Creo que hay mucha cosa de culpa también ¿no? Uno dice: “uy, ¿yo qué hice ahí? Yo gritaba los goles, salí a la calle a festejar”,dice uno. Entonces es como que nos escondemos todos,¿viste? El “yo no lo voté”, “yo no hice esto”, “yo no hice nada”. Esta cosa de que los argentinos no hicimos nunca nada, no somos nunca responsables, la culpa siempre la tiene el otro. Y eso juega, me parece.
Manchado está, para mí es como inevitable que el debate esté, que no sea lo mismo esa copa que cualquier otra.

ENT: Se dijeron muchas cosas, ¿ qué se puede decir del 6 a 0 a Perú?

E.F.M.: Se puede decir que Argentina tenía la ventaja reglamentaria de jugar ya sabiendo cuántos goles tenía que marcar.

ENT: ¿Era reglamentario? ¿ Y porqué el otro grupo jugó todo al mismo horario?

E.F.M.: Porque Argentina era el local y el local jugaba de noche, jugaba de noche para que pudiera ir más gente a la cancha.

ENT: ¿Es una reglamentación de la FIFA eso?

E.F.M. : Estaba en ese momento, después la cambiaron. Porque se dieron cuenta de que los partidos definitorios tenía que jugarse a la misma hora. El escándalo saltó no tanto en el ’78, reíte, sino en el ’82 con el partido entre Austria y Alemania que ya sabían cómo tenían que salir para dejar afuera a Argelia. Y ahí se obligó a que se jugaran todos los partidos de modo simultáneo, los definitorios.
También había cambiado la fórmula, pasaron a ser 24 equipos en el ’82, eran 16 en Argentina.
Ya de antemano se sabía que Argentina iba a jugar su partido de noche. Entonces, ahí no hubo protestas previas posibles. Eso por un lado, una ventaja reglamentaria pero ventaja al fin que tenía por su condición de local.
Segundo, yo te voy a ir tirando datos:
_ La bomba que explota en la casa de Alemann con el cuarto gol, simultáneamente. Se grita el cuarto gol y explota la bomba. Como suele decir Alemann, un personaje poco grato pero que, paradójicamente, fue de los que se oponían al mundial, no por cuestiones humanitarias sino económicas, dice: “pero entonces alguien sabía que iba a haber un cuarto gol”. Es como que estaban esperando el cuarto gol para la explosión porque ese era el gol del desahogo que posibilitaba la clasificación.
_ El escándalo que ocurrió aquí con Manso, el jugador peruano, cuando vino a aquí a jugar a Vélez a menos del año y esa declaración que él supuestamente hizo en una charla más íntima diciendo que estuvo todo arreglado y fue obligado a rectificarse poco menos con quita de pasaporte por parte de la dictadura en una conferencia de prensa con escribano, todo, donde “yo no dije lo que dije”.
Hicimos un programa hace dos o tres años en la tele y fuimos al pueblo de Manso a entrevistarlo y Manso dice: “hasta en mi pueblo me dicen el vendido”. En Perú la etiqueta está también de eso.
Otras charlas; Oblitas me dijo también que “pasaron cosas raras en ese partido” y no quiere profundizarlo más. Lo citó el Congreso peruano, entonces se asustó y no quizo avanzar más sobre ese “pasaron cosas raras”. Esos son datos más puntuales.
Y después están, obviamente, los off the records,versiones que, bueno sí, que hablan de un acuerdo a nivel de juntas.
Por otro lado, también como dato objetivo, está el préstamo de trigo de la junta argentina a los militares peruanos.

ENT: ¿Eso fue antes o después del partido?

E.F.M.: Fue después del partido pero algunos funcionarios se defienden diciendo que ya estaba acordado de antemano ese préstamo.
Pero después, como dato ya no tan fáctico sino off the record, bueno, las versiones indican que sí, que hubo un acuerdo, que la junta ya se había dado cuenta de que ya no solo bastaba con organizar el mundial, sino que había que ganarlo. Porque ya la gente había salido a la calle y podía ser un boomerang eso. La gente en la calle, ¿después como lo parás al monstruo? Vos recordá que la gente no salía a la calle con los milicos. Y con el mundial, la gente volvió a salir a las calles. Multitudes. Entonces, los militares se asustaron también un poco con esa sensación. Por un lado se bañaron en populismo diciendo: “ah! La gente está con nosotros, miren como está”. Y por otro lado dijeron: “bueno, ahora hay que seguir”. Entonces, es como que hubo un acuerdo para asegurarlo a altos niveles.
Otras versiones hablan hasta niveles de algunos jugadores. Inclusive tuvieron que aclarar en algún momento los jugadores peruanos que jugaron acá en la Argentina, Percy Rojas y Soria. Cambios que hizo el entrenador peruano en la defensa para ese partido.
Y después, a favor, te podría decir que Argentina ya le había ganado fácil a Perú antes del mundial, allá en Lima, que esa era una selección peruana absolutamente ya devastada, físicamente caída, los tiros en el palo de Perú al inicio del partido, que podía demostrar por otro lado que no todos estaban de acuerdo, había algunos que sí y otros que no.
Otro dato es que la selección argentina era muy ofensiva, que era capaz de hacer seis goles, era una selección que, jugara bien o mal, era ofensiva, asumía el protagonismo.
En esa ensalada, yo me inclino más para el lado de las sospechas sobre ese partido, aún atendiendo todas estas cosas que te digo.

ENT: ¿Qué imagen crees que tiene la sociedad del papel de Menotti , los jugadores y de sí misma? Vos decías que falta un debate, ¿lo ves posible o la cosa sigue siendo “bueno, vamos a criticar a Menotti, a los jugadores y el papel en ese momento”?

E.F.M.: Vos ves que aquí se le pidió autocrítica a los militares, a la iglesia y que yo sepa, el periodismo jamás hizo una autocrítica. En el periodismo, en algunos casos uno puede decir: “bueno, hubo casi 100 periodistas desaparecidos”. Está bien, una cosa es el silencio y otra cosa es la complicidad y si vos lees algunos editoriales de diarios vas a encontrar directamente complicidad, ya no miedo o silencio, sino complicidad. Entonces es muy difícil de asumir, de aceptar para la prensa que se pretende ser modelo de conducta social. Ahí no hubo autocrítica.
Y la gente podría decir: “yo leía los diarios y leía lo que contaban los diarios, me engañaban”. Lo cual en parte puede ser cierto. Yo empecé a estudiar periodismo en el año ’76 y en el ’78 ingresé a mi primera redacción, Noticias Argentinas, y recién allí comenzé a decir: “pero acá está pasando algo”. Entré a una redacción y empecé a ver situaciones…la Madres de Plaza de Mayo entraban a la redacción a dejar comunicados. Y viví el mundial ya con una sensación de que: “acá no están las cosas bien”.
Yo no tenía formación política, un golpe de estado en Argentina era como ir a comprar chicles al kiosco poco menos, porque todos los procesos democráticos se interrumpían, entonces ¿ porqué ese no iba a ser un golpe más?. De la dimensión del horror se supo bastante más tarde, esto es real, yo lo acepto como argumento de mucha gente.
LOS MEDIOS SABÍAN MUY BIEN LO QUE PASABA. NO PODÍAN ALEGAR IGNORANCIA Y CREO QUE TUVIERON UN ROL MUY SUMISO.
Entonces, en esa situación, yo puedo entender alguna parte de la conducta social más allá del conservadurismo que había y del gorilismo que había y del pésimo final del gobierno de Isabel Perón, un país en desastre al completo, ya no tanto económicamente sino que mataban gente por todos lados, empezó a matarse gente antes del golpe, como ahora hoy lo está demostrando la justicia. Es difícil.
Los jugadores y Menotti van a decir: “si nos quieren poner como los únicos culpables, entonces así no charlamos”. Y algo de razón por ahí tienen.
La imagen de la gente me parece que no es buena en general hacia ese mundial. Es una imagen más de culpa, de “¡qué locos que estábamos!, gritábamos los goles y chupaban gente” Esa sensación creo que no es agradable, la sensación de que a 700 metros del estadio de River, los tipos estaban con capucha, grilletes y los tiraban al Río de la Plata, es fea, es fuerte, que convivieran esas dos caras es como mucho. Es difícil de digerir tanto dolor, tanta realidad. “Mentime un poquito”, dicen algunos.
La imagen que queda de Menotti también es la imagen posterior. Menotti es un tipo muy seguro de sí mismo, por momentos arrogante, a su vez con una lucidez, una inteligencia que puede tener poca gente en este medio del fútbol, entonces su discurso se hace muy seductor por momentos, se hace muy interesante y su propuesta futbolística también es muy interesante por momentos. En un fútbol muy chato, muy defensivo, casi todos juegan a cuidarse y el tipo arriesga, toma el fútbol como un juego y el juego como riesgo natural, es interesante.

ENT: Se hicieron conjeturas acerca de posibles dopings en algunos jugadores de la selección.

E.F.M.: Sí, inclusive un documental que levantó TyC Sports sobre el mundial, tenía alguna referencia sobre este tema. Hubo siempre rumores que la verdad a mí no me sorprendería, no los rumores, sino que hubiese habido doping.
Porque de Italia en el ’82 también salieron informes sobre que la selección estaba dopada. El doping y el fútbol conviven. Nunca nadie lo aceptó públicamente, hay rumores de que el doctor Oliva cuando llegó a la selección, el tema estaba muy instalado por el cuerpo médico anterior y él intentó atenuarlo, frenarlo. Esos son todos rumores imposibles de publicar porque los protagonistas desmienten cualquier historia.

JUL: ¿ Qué hubiese pasado si entraba la pelota de Rensenbrink?

E.F.M.: Y, es tal vez la demostración de que, hay una frase vieja de los norteamericanos sobre su fútbol, ellos dicen que “el fútbol es demasiado negocio para ser sólo deporte, pero también es demasiado deporte para ser sólo negocio”. Entonces, es muy difícil arreglar todo, también tenés que arreglar al rival, veinte jugadores, suplentes, entrenador. O sea es imposible arreglar todo. Holanda podría haber ganado, esto es así.
¿Qué hubiese pasado en el país? Y yo creo, no sé si se hubiese transformado en bronca hacia los militares en lugar de alegría. Yo creo que los militares hubiesen inventado cualquier otro argumento porque a los tres meses del mundial ya inventaron la guerra con Chile para apelar de vuelta al nacionalismo, “el último refugio de los cobardes”, como decía Borges. O sea, primero jugamos al nacionalismo con la selección, después jugamos al nacionalismo con las Malvinas. Unos tipos que habían entregado el país al capital extranjero.
Hubiesen encontrado rápido argumento para tapar la realidad.

JUL: ¿Era muy difícil boicotear el mundial desde Europa y porqué las selecciones aceptan jugar?

E.F.M.: Bueno, EL FÚTBOL ES UNA GRAN CORPORACIÓN DEL QUE TODOS COMEN Y TODOS LUCRAN. Y la FIFA es una gran corporación. Es como que vos decís: “¿porqué la FORD mantuvo sus fábricas en la Argentina?” Las mantuvo, no sólo porque tenían que hacer negocio sino porque le garantizaba mejor negocio. Un país bajo dictadura es un país sin reclamos. No hay posibilidad de que los obreros pidan salarios mejores, condiciones más dignas de trabajo,etc.etc. Para la FIFA, un país en dictadura es un país en “orden”. Hubiese tenido miedo la FIFA de que el mundial se jugara como estaba en los finales del gobierno de Isabel Perón, violencia callejera, bombas, etc.
En cambio llegaron los militares para imponer “orden”. En el medio de eso asesinaban a 30.000 personas, pusieron orden, era “la paz de los cementerios”. A la FIFA le importaba la paz, lo de los cementerios es un tema nuestro. A la FIFA, un país en “orden” le garantizaba mejores negocios. Para la FIFA fue extraordinario. Para las federaciones nacionales…y, en general, el fútbol es muy conservador, forma parte de un poder también por más que sea el juego del pueblo, el deporte del pueblo, es una corporación más y forma parte de un establishment. Los presidentes de las federaciones de cada país, en general, forman parte de un establishment. Grondona acá, el alemán Neuberger que decía y le prohibía a sus jugadores que lo llamaran a Videla dictador. Todo un establishment que no veía mal un gobierno bajo una dictadura, es más, lo veía con mejores ojos.

JUL: Y ante eso los jugadores de selecciones europeas no dijeron nada, acataron…

E.F.M.: Algunos sí, Paul Breitner, pero no venía. Algunos dijeron que Cruyff no venía por eso pero a mí me dijeron que no, que Cruyff no vino por otras cuestiones, ya no era la primera figura de la selección, estaba enojado con el técnico.
Algunas crónicas dicen que algún jugador sueco, el arquero Ronnie Hellströem estuvo en la Plaza con las Madres, él no estuvo según me dijo él mismo a mí. Las Madres tomaron el relato de un periodista y creyeron que sí, que estuvieron con él, pero fue una confusión.
Se trataría, en todo caso, de expresiones individuales aisladas. Jugadores que tenían una posición y que no la podían hacer muy pública. Eran jugadores mejor informados que los argentinos, seguramente, porque habían recibido todos, cartillas de Amnesty Internacional sobre lo que estaba pasando en Argentina.

JUL: ¿Cómo evaluarías esa época a nivel selección, deportivo, teniendo en cuenta también el mundial ’82?

E.F.M.: Me parece que Menotti sólo concretó aisladamente ese discurso del fútbol como espectáculo, en su selección. Lo intentó siempre llevar a cabo, siempre.
En el ’78 me parece que la Argentina no sólo fue una selección ofensiva. Pero más que una selección ofensiva, fue arrolladora físicamente. Es decir, le impuso una gran dinámica, que se decía en ese momento europea, al juego. Jugó muy rápido esa selección argentina. Jugaba con un ritmo muy europeo. El motorcito Ardiles que iba y venía por todos lados, recordá eso, la potencia física de Kempes, o sea, no veíamos la plasticidad de Alonso, la gambeta de Bochini, se destacaron otras cosas, la guapeza de Passarella, las atajadas de Fillol, la marca del Tolo Gallego, la fuerza de Kempes.

JUL: No fue todo lirismo como lo catalogan ¿no?

E.F.M.: No, no fue todo lirismo. Fue un equipo muy concentrado en la cancha, muy compacto, muy fuerte físicamente, con objetivos muy claros. Creo que cuando Menotti decide que Kempes sea el diez, también decide un estilo de juego. No decide que el diez sea el Beto Alonso o Bochini. Es todo una señal. Nosotros tenemos al diez como el habilidoso, el estratega, el organizador. No, no, para él fue Kempes.
Después Maradona obliga a un cambio estético de esa selección, que tal vez tiene sus mejores momentos en el ’79 con esa gira a Europa.
Me parece que en el ’82 la selección llega con el casi inevitable ABURGUESAMIENTO DE LOS CAMPEONES. Y ese aburguesamiento incluía a Menotti y creo que no se supo entonces formar un grupo. Todos los nuevos veían ese aburguesamiento, a su vez no tenían poder porque eran muy nuevos. Había, me parece, como dos grupos en uno. No había un equipo, la verdad es que no se veía un equipo antes del mundial inclusive. Se veía un plantel que llegaba sin mucha expectativa a España, sí con mucho prestigio, con una enorme potencialidad, porque era casi mejor equipo individualmente que el del ’78, pero no se veía la misma hambre.

JUL: ¿Sos de la idea de que los campeones deben juntarse con otros valores jóvenes?

E.F.M.: Es difícil porque el entrenador parece como que les debe ese título a sus jugadores y entonces los mantiene porque se trazan pactos, a veces inevitables, que no le hacen bien al equipo tal vez.

JUL: Aparte se jugó en Europa el mundial ’82, era como más difícil el tema…

E.F.M.: Sí, sí, pero aún jugándolo en Europa, Argentina podría haber avanzado más en ese mundial, tenía equipo para llegar bastante más lejos”

REPORTAJE REALIZA DO EL DÍA 14/03/2007