27 octubre 2006

" PRIMERO YO, DESPUÉS EL EQUIPO"


" Si el equipo contrario plantea un determinado sistema, yo debo cambiar las fichas ".
Algo así o con más o menos estas palabras Ricardo La Volpe mostraba su carta de presentación técnica y táctica. Movía botellitas y dibujaba un partido como si fuera un encuentro de damas o ajedrez.
Es que muy posiblemente, esta sea su idea sobre cómo ve el fútbol este argentino que vivió más de 25 años en México. Como si este juego cargado de situaciones azarozas e imprevistas, funcionara como una cuestión solamente posicional.
Es real, los jugadores de hoy, en su gran mayoría, parecen más preocupados en cumplir con el libreto digitado por el técnico que en dar rienda suelta a la inventiva natural, y más cuando el juego pide ( como ocurre en la mayoría del tiempo) creación y audacia para ser mejor que el rival.
El hombre del imponente bigote no gusta de jugar con enganche: " Algo debe pasar que nadie en Europa juega con enganche. Hay que entender que un equipo no pasa por un jugador, como le pasó a Riquelme. Por eso se llama equipo, la palabra te lo dice" . Ese fue uno de sus explicitados y patentados pensamientos en un reportaje que concedió al diario Clarín el último 23 de septiembre. Es la vieja idea moderna de que " lo mejor está en el viejo Continente".
Es verdad que en Europa se encuentran de las más importantes estrellas del fútbol mundial, por una cuestión económica, fundamentalmente. Pero inevitablemente eclosionan otros interrogantes: "¿ Adónde vienen a comprar jugadores los clubes más poderosos de ese continente? " A Sudámerica, especialmente Brasil y Argentina, donde se encuentran los valores que portan mayor técnica que otros del mismo u otro lugar.
"¿ Cómo se juega al fútbol en Europa?" Es muy amplio de responder, pero lo que sí sabemos es que los mejores conjuntos son los que tienen en sus formaciones a grandes jugadores, tal es el caso del Barcelona, último campeón del fútbol español y de la siempre anhelada Copa de Campeones: Ronaldinho, Deco, Etoó, Messi, Giuly o el Milan de Kaka, Pirlo Seedorf o la Juventus (corrupción mediante) con Del Piero, Trezeguet, Camoranesi o el vencedor vía decreto del Calcio, Inter, con Verón, Figo, Martens, Cambiasso, Solari, etc. Hay algunos más, seguro, pero el nivel del fútbol en Europa, no es para deleitarse cada fin de semana. En gran parte, justamente, porque se juega sin enganche. Que no tiene que ser cualquier jugador sino aquel que con la condición natural ( no sin sus adquerimientos de aprendizaje) de crear y llevar peligro al arco rival, sabe darle un toque de distinción a su equipo.
Por supuesto que el fútbol es un juego de equipo, ¿quién lo duda? Pero hay funciones y aquella que conlleva la más esencial de este juego ( nos referimos a la inventiva del número diez o enlace) es la menos utilizada.
Entonces tiene razón La Volpe cuando dice que se juega sin enganche, en el diagnóstico y visión de la situación.
No tiene razón La Volpe cuando lo justifica y propone la copia de ese modelo.
Riquelme es el estratega que conduce a un equipo que llegó a semifinales de Copa de Campeones en la primera parte de este 2006. Fue uno de los goleadores de su equipo en la pasad temporada e hizo convertir goles a muchos de sus compañeros. Nada menos.
EL REVOLUCIONARIO TÁCTICO
" Uno viene con otras ideas y al jugador no le va a venir mal ampliarse"
Es bueno que el jugador se abra en el espectro de su juego, pero lo que no sería fructífero es que esa asimilación vaya en contra de su naturaleza futbolística. Alguna vez Bilardo probó a Abel Balbo, aquel delantero argentino que estuvo en tres mundiales, como marcador de punta en una práctica de la selección. ¿ Eso es ampliarse o perjudicar la condición formada de un jugador en una determinada función y acorde a sus características?
Hay jugadores que pueden hacerlo, pero son muy pocos los que no exhiben diferencias en las cuatros líneas de un equipo: arquero, defensa, mediocampo y delantera. En general son aquellos que no sobresalen en ninguna de esas posiciones, pero mantienen una regularidad y no descartamos su utilidad, sería de necios.
" A mi jugador quiero decirle: si el rival hace esto y esto, vos hacé esto y esto. No espero que resuelva esas cositas por su imaginación. Yo trabajo antes cosas que no surgen del propio jugador " En referencia a aspectos de ordenamiento y agrupación para recuperar la pelota, no está para nada mal que un técnico dé indicaciones, para corregir, no para enseñar. Un equipo debe tener un cierto rodaje de coordinación para defender, pero no se puede ordenar cómo hacerlo y más en ataque. ¿ O La Volpe le ordenó a Gago en el entretiempo del partido que Boca perdía ante Vélez 2-0 y que luego logró dar vuelta en un espectacular 3-2, "andá y clavá un derechazo al ángulo del arquero" para descontar?
Decirle a un jugador lo que tiene que hacer es recortarle su libertad y es pensar que el partido se juega desde el banco de suplentes. Seguramente Gago no escuchó ese consejo porque no existió, porque hubiese sido absurdo y porque él fue el ártifice principal de un enorme golazo, el primero de su carrera.
Luego de esa epopeya boquense ante el Fortín, La Volpe dejó en claro que sus ideas están definidas, aunque exalten su figura: " Se lo dije a los jugadores en el entretiempo. Ellos ya habían demostrado que eran ganadores. Ahora tenía que dejarlo en claro yo. Era una prueba de fuego para mí, tenía que ganar en la bombonera" Clarito, ¿no? Las palabras de un técnico "post-moderno", donde se puede adjudicar una victoria para él mismo, a pesar de que los actores principales hayan hecho añicos un partido que parecía perdido, con sus propias armas y como les gusta jugar a ellos, con los ojos puestos en los cuadraditos de enfrente.
JULIÁN EZEQUIEL LICHENE

26 octubre 2006

"ESTUDIANTES HIZO HISTÓRICA UNA GOLEADA IMPENSADA"


Dicen que la primera vez no se olvida. Estudiantes, además de ello, la recordará por siempre. Es que la paliza que le propinó a su eterno rival del bosque traducido en ese histórico 7 a 0, quedará grabada en las memorias pincharratas por los siglos de los siglos.
La producción del equipo de Simeone hizo añicos cualquier resistencia tripera y dio una lección de ataque y de goles. ¿ Qué más?
El primer tiempo había culminado con el ya abultado 3-0 gracias a la actitud ofensiva demostrada por el conjunto. Con dos tanques como Pavone y Calderón derrivando cualquier muralla, con un capitán como Verón que sumado a la limpieza de sus pases tanto cortos como largos indica los caminos a seguir, con un Galván que fue Golván por su sector, con un Braña generoso en la recuperación y más y más..... Como pedía la hinchada en referencia a las conquistas.
La receta fue presión y ataque y salió esta panzada de goles, de toques y de circulación que culminó en fiesta roja y blanca.
Calderón, ese veterano con aires de pibe, metió tres, Galván otros dos, Pavone, un zurdazo lleno de furia y Lugüercio, otro con oportunismo.
Fue la primera vez que Estudiantes hizo de local en este estadio.
Fue la primera vez que se vio esta diferencia de goles y fútbol entre estos dos equipos.
INOLVIDABLE Y RESONANTE, COMO TODA PRIMERA VEZ.

03 octubre 2006

" LO PRIMERO ES LA FAMILIA"


Cayó como un balde de agua fría para aquellos que disfrutan de sus delicias futbolísticas, esas en forma de tacos cargados de sutileza, de caños suaves ante la resignación del rival o de tiros libres enguantados en esa inquieta y delicada pierna derecha. A pesar de que en Alemania se esperaba más de él.
Vino como anillo al dedo para quienes lo creen y lo tildan intencionalmente, por supuesto, de pecho frío ( qué significará eso?), defendiendo este negocio llamado fútbol y que no parece admitir a aquellos que hacen cosas distintas, jugando a otra velocidad, un pecado para los tiempos post-modernos en que vivimos.
Les habrá arrancado un alivio para los que, desde el discenso, no lo aceptan como jugador para sus equipos imaginarios.
La realidad indica que Juan Román Riquelme renunció a seguir vistiendo la camiseta por la que sueña cualquier argentino: la nacional. Y hasta hubo miseria en las críticas que le siguieron efectuando a las razones que el mismo estratega había especificado.
El capitán del último partido que disputó la selección enfrentó las cámaras de televisión después de haberle comunicado su decisión, por vía telefónica, al mismísimo técinico Alfio Basile, quien se encontraba en Brasil esperando el choque de su equipo ( Boca Juniors, aunque parezca increíble) ante el San Pablo por la Recopa Sudamericana.
"No puedo permitir que mi madre sufra y menos tolerar que tenga problemas de salud a causa de escuchar las críticas que me hacen por mi actuación en la selección. Ella no me decía nada, pero a través de mi hermana me enteré que la internaron por segunda vez.
Yo fui criado de una determinada manera, respeto al otro y tengo una manera de ser que por ahí no simpatiza; yo soy así, soy feliz jugando al fútbol, pero LO MÁS IMPORTANTE ES MI FAMILIA y mi misión es cuidar a mi madre.
Cumplí el sueño de cualquier argentino que es vestir la casaca de la selección y jugar un mundial, pero es una decisión tomada, agradezco a Basile que me haya confiado la capitanía, estoy seguro que cualquiera de los muchachos podrán reemplazarme sin ningún problema.
Además esto es muy difícil, nos juntamos dos días antes de un partido, tomamos unos mates, nos damos un par de abrazos y salimos a la cancha. Y hay que rendir, no hay idea de equipo, falta trabajo"
De estas declaraciones de Riquelme pueden analizarse muchas cosas que abarcarían varias líneas más de las pensadas.
Lo más importante es que hay en las palabras del enganche una CERTERA, FIRME Y CLARA AFIRMACIÓN DE PRINCIPIOS Y VALORES. En un país donde la gran mayoría de los medios explota la fanatización del fútbol, es arena de otro costal escuchar a alguien decir lo que dijo Román.
Y ahí llega la catarata de juicios y desde todos los sectores:"¿cómo va a dejar a la selección por eso?". Simple: Riquelme conoce sus cimientos humanos y tiene una actitud formada sobre qué es lo que debe hacer, lo contrario de muchos, que dicen desde el sillón de sus hogares y condenan desde las posterioridades de los hechos.
Ciertos periodistas, por la función social que ejercen, deberían tener más precaución a la hora de juzgar a las personas y mirarse un poco más ese agujerito que tenemos los humanos en la panza.
Y los consumidores, ponerse en el lugar de los acontecimientos en vez de recibir lo ya formado en la información ( perdón, lo ya manipulado).
Seguramente Riquelme ama más a su familia que al fútbol que lo divierte y que él mismo hace que lo divierta, a él y a muchos otros. Ese que ya no endulzará los buenos ojos de los hinchas de la celeste y blanca. Qué pena.