
* Argentina venció a México por dos tantos a uno y avanzó a cuartos de final en un partido tenso y emotivo. Recién en el minuto siete del primer tiempo suplementario y a través de un golazo de Maxi Rodríguez, el equipo albiceleste pudo tranquilizarse y abrazar la victoria. México fue un durísimo rival, ganaba uno a cero con gol de Márquez, luego Borgetti en contra puso el uno a uno.
Se viene el gran choque ante Alemania, el viernes en Berlín.
Qué valor toma esta victoria!! Ante un rival durísimo, complicado, bien preparado para defender y cerrar espacios, para sacar provecho en la altura de las pelotas paradas, de hecho a los cinco minutos ya ganaba con gol de Rafael Márquez producto de la explotación de esa jugada quieta, el tiro libre y en otros momentos los córners, que también complicaron.
Se sabía que el partido no iba a ser sencillo para Argentina, especialmente lo razonaba el cuerpo técnico y los jugadores, que ya habían tenido varios enfrentamientos por distintas competencias ante los mexicanos. Y así fue. Costó por lo mencionado y porque a la selección de Pekerman le faltaron ideas y variantes para suplantar le repetitiva pausa que Riquelme le imprimió al equipo, muy marcado por los aztecas. Faltaron también las asociaciones para llegar claro al arco de Osvaldo Sánchez. Y este señalamiento conlleva igual de importancia sobre lo que nunca puede faltar en un equipo con grandes aspiraciones: actitud para ir a buscar los partidos. Y ahí Argentina dijo presente, por eso la victoria fue merecida aunque sufrida, trabajada, perseverante. Y con un ingrediente nuevo, esta vez el equipo fue perdiendo y dio vuelta el resultado, puso corazón. Y le tiró la historia a México en la cancha, agregando ese plus tan mencionado en los argentinos que tiene que ver con la personalidad y el cáracter para afrontar las paradas bravas, contrarrestando el también famoso "miedo escénico", concepto nacido de los labios de Jorge Valdano.
Se viene el gran choque ante Alemania, el viernes en Berlín.
Qué valor toma esta victoria!! Ante un rival durísimo, complicado, bien preparado para defender y cerrar espacios, para sacar provecho en la altura de las pelotas paradas, de hecho a los cinco minutos ya ganaba con gol de Rafael Márquez producto de la explotación de esa jugada quieta, el tiro libre y en otros momentos los córners, que también complicaron.
Se sabía que el partido no iba a ser sencillo para Argentina, especialmente lo razonaba el cuerpo técnico y los jugadores, que ya habían tenido varios enfrentamientos por distintas competencias ante los mexicanos. Y así fue. Costó por lo mencionado y porque a la selección de Pekerman le faltaron ideas y variantes para suplantar le repetitiva pausa que Riquelme le imprimió al equipo, muy marcado por los aztecas. Faltaron también las asociaciones para llegar claro al arco de Osvaldo Sánchez. Y este señalamiento conlleva igual de importancia sobre lo que nunca puede faltar en un equipo con grandes aspiraciones: actitud para ir a buscar los partidos. Y ahí Argentina dijo presente, por eso la victoria fue merecida aunque sufrida, trabajada, perseverante. Y con un ingrediente nuevo, esta vez el equipo fue perdiendo y dio vuelta el resultado, puso corazón. Y le tiró la historia a México en la cancha, agregando ese plus tan mencionado en los argentinos que tiene que ver con la personalidad y el cáracter para afrontar las paradas bravas, contrarrestando el también famoso "miedo escénico", concepto nacido de los labios de Jorge Valdano.
TANTO POR TANTO
Fue fundamental el rápido empate argentino a los nueve minutos cuando Riquelme ejecutó el tiro de esquina que Borgetti cabeceó en contra de su propia valla influenciado por la exigencia de Hernán Crespo. Era el alivio, el recomenzar el partido.
Hablar de supuestos no es muy útil para reflexionar sobre los hechos ya consumados, pero la pregunta se instala por fuerza propia: ¿ qué hubiera pasado si Argentina no lograba la igualdad en la primera etapa, teniendo en cuenta el cerrojo defensivo que los aztecas impusieron en el encuentro? No se puede saber, pero lo que sí es cierto es que Argentina hubiese estado igual de obligada a como estuvo en el complemento, pero con menos tiempo, obvio.
Luego del resultado emparejado, el partido también se hizo amigo de este adjetivo, porque los de Lavolpe se impusieron (no siempre) en el mediocampo, haciendo retrasar a Riquelme, ganando los sectores de recuperación, traslado y elaboración, pero fallaron justamente en esto último, les falta ( y no decimos les faltó) un enganche, un creador, un diez. Aunque llegaron un par de veces, primero con Jared Borgetti que fue interceptado en su remate tras un pase de su compañero de ataque Francisco Fonseca los 13 minutos y luego con un tiro desde afuera del área del mismo delantero que el Pato Abbondanzieri rechazó con mano cambiada espectacularmente al córner, iban 24.
La doble ocasión de gol protagonizada por el nueve mexicano también fue patrimonio del nueve argentino, Hernán Crespo, cuando lo habilitó Cambiasso y no pudo definir y luego la más clara, otra conexión del Cuchu y el mano a mano del atacante que terminó con una definición por arriba de Sánchez, la redonda se fue cerca del palo izquierdo del arquero mexicano.
No funcionó el circuito ofensivo argentino, Saviola no hizo diferencia por las puntas, Crespo no pudo generar más espacios para ser aprovechados aunque tuvo sus chances, Maxi no logró llegar como nos tiene acostumbrados y lo dicho, Román estuvo impreciso, improductivo y cuando eso pasa, se nota bastante, aunque ya no estuviera en cancha uno de sus marcadores, Pavel Pardo, que se había ido lesionado.
LA APUESTA DE JOSÉ
Pekerman vio y observó una leve mejoría en el equipo en el segundo tiempo cuando parecía que Argentina iba a empezar a llegar más. Es que Maxi obligaba a Sánchez con un tiro mordido después de un pase a distancia de Román desde la ejecución de un tiro libre y más tarde, el mismo diez dejaba solo a Saviola para definir, pero el conejo demostraba que no estaba en su noche, lo contrario exhibido por el uno de los verdes.
Claro que José también pasó sobresaltos en el banco de suplentes, es que Borgetti no definió bien estando apareado por Sorín y Abbondanzieri volvió a demostrar que si no es el arquero más seguro en lo que va del mundial, pega en el palo.
Pero apostó José, se la jugó, entraron Tevez y Aimar por Cambiasso!! para dar movilidad al equipo y ayudar a Riquelme, luego Messi por Saviola, quedando Mascherano como único cinco y curiosamente mejorando su rendimiento.
El equipo varió tácticamente y algo en el juego, pero solo llegó claramente en el final del partido, fue gol de Messi después de pared y pase de Aimar, el árbitro suizo Massimo Busacca lo anuló cuando la televisión mostró que estaba en la misma línea Pablo.
Los últimos minutos fueron angustiantes para los sudamericanos, a tal punto de que México llegó con un cabezazo tibio de Fonseca que se fue cerca del palo derecho de Abbondanzieri.
Los dos querían el final y prepararse para el suplementario.
EL GOL DE OTRO PARTIDO
Fue el minuto 7 del primer suplementario, Argentina avanzó por izquierda, Sorín, de lado a lado, puso la pelota en el pecho de Maxi Rodríguez que estaba en el vértice del área, la fiera no lo dudó, sin dejarla picar y esperando su caída, le dio de lleno y de zurda, la redonda se clavó en el ángulo, de emboquillada, con un aterrizaje perfecto. Maxi abrió los brazos como un avión al ver la volada espectacular pero estéril de Sánchez y corrió para abrazarse con todos. Argentina pasaba a estar en frente en el marcador, sin jugar bien, es cierto, pero con justicia, cosas que en el fútbol se puede dar y de hecho, ocurre muy seguido.
Fue el fin para México, el golpe futbolístico justo, los aztecas supieron que cambiar esa realidad iba a ser prácticamente imposible. Y así fue, casi no tuvieron fuerzas físicas para intentar remontarlo.
Pasó el primer tiempo del alargue, en el segundo Argentina se dedicó a tener la pelota y Messi con Tevez hicieron algunas de las suyas, armaron una pared que casi define Carlitos, pero un resbalón no lo dejó culminar esa linda combinación.
El final volvió a repetirse, festejo con trapos y camisetas al aire (en conjunción con los hinchas argentinos presentes en el estadio) y una ilusión que se recorre paso a paso.
Argentina no jugó bien, pero no hay que dejar de lado ciertos factores a la hora de pensar en su rendimiento: sólo tres días atrás había jugado contra un rival como Holanda con pocos cambios (cuatro), siendo primero debió trasladarse a una ciudad más lejana (Leipzig) a la que hubiera tenido que ir si salía segunda y se enfrentó a un rival que mejoró su producción en relación a lo que había mostrado en la primera fase.
El próximo desafío será nada menos que el local, Alemania, el viernes 30 de Junio en Berlín. Dos equipos candidatos al título, una especie de final anticipada.
Los locales vienen en nivel ascendente, conjugando buen fútbol con contundencia. Argentina, con el peso de sus individualidades y la personalidad de su conjunto.
Será a todo o nada. No es poco.
Formaciones y estadísticas
ARGENTINA: Abbondanzieri; Scaloni, Ayala, Heinze y Sorín; Maxi Rodríguez, Mascherano y Cambiasso; Riquelme; Saviola y Crespo. DT: José Néstor Pekerman.
Cambios: st 30m Tevez por Crespo y Aimar por Cambiasso. 38m Messi por Saviola.
Amonestados: Heinze y Sorín.
MÉXICO: Sánchez; Márquez, Osorio y Salcido; Castro, Méndez, Pardo, Guardado y Morales; Fonseca y Borgetti. DT: Ricardo Lavolpe.
Cambios: pt 38m Torrado por Pardo. st21m Pineda por Guardado y 28m Zinha por Morales.
Amonestados: Márquez, Castro, Fonseca y Torrado.
GOLES: pt 5m Márquez (M), 9m Borgetti en contra (A). Suplementario, pt 7m Maxi Rodríguez (A).
Estadio: Zentralstadion, Leipzig.
Público: 43.000 personas, aproximadamente.
Árbitro: Massimo Bussaca (Suiza)
Julián Ezequiel Lichene
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