
* Argentina y Holanda igualaron en el último partido del grupo"C" cero a cero en Frankfurt. El equipo de José Pekerman mereció el triunfo pero terminó conformándose con el empate que le dio el primer puesto y donde se las verá con México, el sábado en Leipzig. Holanda será rival de Portugal, el domingo en Nuremberg.
Así como hay cuentos de Córtazar en los que uno empieza leyendo por partes que no corresponden al principio de los mismos y desconoce el argumento; si nos detuviéramos en los últimos quince minutos del partido que protagonizaron Holanda y Argentina, todo pareciera indicar que el empate o un triunfo naranja hubiese estado en su justo lugar. Porque ahí pudo pensarse el trajín físico y psicólogico que genera disputar un mundial y más en una selección como la argentina, que desde hace 16 años no termina entre los primeros cuatros puestos de un torneo como este, el más importante, por cierto.
Es que en ese último cuarto de hora, el seleccionado que dirige ese gran nueve que fue Marco Van Basten, dejó una impresión que no se correspondía con el desarrollo del encuentro. Tuvo varios córners a su favor, más un disparo de Kuyt que el Pato Abbondanzieri (uno de los mejores en Argentina) se encargó de mandar al tiro de esquina y por último un tiro libre de su número diez Van der Varrt que el uno argentino controló con la mirada.
Tampoco existió una gran superioridad argentina sobre los holandeses, pero repetimos, de haber habido un ganador, ese era el equipo de José, que metió cambios contra un rival que tampoco dejó estática su formación titular. Pero empezemos por el principio y dejemos a Córtazar por el momento.
Pekerman sorprendió a último momento con la formación argentina, teniendo en cuenta las amarillas de Saviola, Crespo y Heinze, entraron Tevez, Messi (la mayor sorpresa) y Milito respectivamente. Sorín, el otro ausente, le dejó su lugar a Cufré, por algunas molestias.
Como primera idea, cuatro cambios que no cambian en demasía la estructura, pero que sí difieren en las particularidades mismas.
Porque Tevez y Messi, y ahora entrando en el terreno de las conclusiones post-análisis, no son ni funcionaron como la hoy dupla titular Saviola-Crespo. Se notó cómo Tevez (de más que aceptable papel) retrocediendo para participar en el armado de fútbol del equipo, perdió peso arriba, aunque él, por si mismo, haya generado situaciones de riesgo; y cómo Messi cayó en el individualismo con excesivo traslado del balón no sin mostrar pinceladas de su enorme talento. Pero hizo poco y se le vio algo que nunca hace: miró más el piso que el panorama, más la pelota que la ubicación de sus compañeros (lo cual no significa que sea un jugador egoísta) y se le hizo difícil hacer diferencia. Igualmente, el pibe, dejó huellas distintivas, habilitó y dejó solo a Cambiasso con un pase preciso a poco de comenzado el encuentro pero lo cruzaron justo al Cuchu cuando se prestaba a definir, remató al arco en el final de la primera etapa pero Van der Sar retuvo el balón y armó una pared con Riquelme a minutos de comenzado el complemento y el derechazo de Román se fue cruzado y desviado. Sin descuidar sus 18 años, se esperaba más de él.
Tevez conjugó su capacidad de resistencia física para aguantar a los rivales y su habilidad, se movió por los costados del ataque y se lo vio siempre activo, encarador, incisivo. Su mejor producción fue el toque atrás de espaldas para el remate que Maxi Rodríguez casi clava en el ángulo, allá promediando el primer tiempo; el quiebre de cintura y el derechazo posterior que el arquero holandés sacó al córner cuando la pelota se metía en el primer palo y el zurdazo alto del final, aguantando a los férreos defensores europeos y después de que Julio Cruz (ingresado por Messi) se la peinara.
En el mediocampo Riquelme no sobresalió a pesar de casi mete un gol olímpico y que a la salida de un tiro libre suyo bajo, al ras del piso, Boulahrouz haya estrellado la pelota en el palo de su arco. Es que siempre estuvo bien rodeado el conductor argentino y a eso hay que sumarle que careció de precisión, que es como que a un bombero le falte el agua para su tarea diaria.
Pero hay otro aspecto para señalar en esta parte del equipo. Maxi Rodríguez parece sentirse ( y se tradujo en el rendimiento) más cómodo por el sector izquierdo, colaborando con la marca y llegando al arco contrario, por derecha pierde sorpresa y está más contenido, tal vez porque el lateral de ses sector (Burdisso se fue lesionado y en su lugar entró Coloccini) no va al ataque y sí lo hace Juan Pablo Sorín por el otro.
En ese sentido, la lesión de Lucho González se torna más significativa, porque el volante del Porto portugués, es salida, juego y llegada por derecha, en cambio Cambiasso y Mascherano no parecen sincronizar bien sus movimientos y funciones compartiendo el sector medio del campo, por más que el puesto de cinco por ahora sea para el jugador de Corinthians y el Cuchu mantenga una cierta regularidad.
Igualmente Maxi Rodríguez se las ingenió para llegar, con el remate tremendo señalado anteriormente y con intentos que trajeron algo de peligro por su sector, en los dos períodos.
Defensivamente, Argentina no pasó grandes sobresaltos. Ayala controló muy bien a Van Nistelrroy, el ratón es uno de los pilares de la selección y por ahora uno de los mejores centrales del mundial, si no el mejor. Milito no desentonó (solo se equivocó al rechazar un balón que casi termina en gol de kuyt, en el segundo tiempo, si no fuera por los reflejos de Abbondanzieri), Cufré fue de menor a mayor (terminó anulando a ese interesante pero brusco volante zurdo que es Van Persie) pero Burdisso tuvo problemas con Kuyt el tiempo que estuvo (una duda suya casi termina en gol del rubio volante en la primera llegada holandesa) y Coloccini más tarde, no logró afianzarse totalmente.
Argentina llegó más y mejor pero no le alcanzó. Se quedó por diferencia de gol con el primer puesto del "grupo de la muerte", algo que no es poco y superó en el desarrollo a una gran medida que es esta Holanda, que controla la pelota frecuentemente pero que también defiende con los dientes apretados.
En octavos se viene México, empieza el mundial de los "plays-off", el del todo o nada, el de la continuidad de la puesta en práctica de las convicciones de una forma de jugar. Esperemos que siga dando frutos traducidos en resultados. Están las armas.
FORMACIONES Y ESTADÍSTICAS
ARGENTINA: Abbondanzieri; Burdisso, Ayala, Milito y Cufré; Maxi Rodríguez, Mascherano y Cambiasso; Riquelme; Tevez y Messi. DT: José Néstor Pekerman.
Cambios: pt.23m Coloccini por Burdisso. st.23m Cruz por Messi y 34m Aimar por Riquelme.
Amonestados: Cambiasso y Mascherano.
HOLANDA: Van der Sar; Jaliens, Boulahrouz, Ooijer y De Cler; Van der Vaart, Sneijder y Cocu; Van Persie, Van Nistelrooy y Kuyt. DT: Marco Van Basten.
Cambios: st.10m Babel por Van Nistelrooy, 21m Landzaat por Van Persie y 40m Maduro por Sneijder.
Amonestados: Kuyt, Ooijer y De Cler.
Estadio: Frankfurt.
Árbitro: Luis Medina Cantalejo (España)
Espectadores: 48.000 aproximadamente.
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