En política y en determinadas circunstancias, como las de hoy, siempre hay que elegir al mal menor. Siempre.
Ante este grupo de nazis facistoides vestidos de amarillo y con globos de colores decorando el búnker cada vez que ganan (cuándo saldrán a la calle a festejar?), la opción era el candidato cool y light que a todo porteño burguesito le atrae. Bueno, para derrotar al enemigo, no hay nada mejor que usar a otro enemigo.
Respeto a los que votaron en blanco, inclusive familiares, pero muchachos, el tema es sacarse de encima a este grupo de tilingos que no tendrían ningún problema en regalar al país si llegaran a ser gobierno a nivel nacional.
Mauricio: festejá con tu amigo Niembro, el resultadista por excelencia. No es el resultado lo más importante?. El tema es que hay veces que ganás pero no te dan ganas de festejar. Estuvimos cerca de propiciarte el papelón más grande no del año, sino de la década.
Lousteau: vos tampoco festejés tanto. Los votos no son tuyos, son prestados. Si sos un poco vivo, empezás a hacer política local y en cuatro años lo sacás al impresentable guasón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario