Lo que más jode no es haber perdido la final. Y menos por penales, una modalidad que no se corresponde con esa instancia. No existe un campeón por penales. Otro partido y chau. Y no me vengan con eso de que los penales no son una lotería, sino los que lo afirman digan quién va a ganarlos antes de patearlos.
Lo que molesta es haber desistido del estilo y de la idea que te llevó a jugar una final. Los jugadores y el entrenador tienen que ver. No se sabe quién más. Pero son ellos ambos. Me inclino un poquito más por el lado de Martino. Una gran desilusión la noche de Santiago.
Porque si las finales hay que ganarlas (jugando), hay que demostrar ese espíritu. Y Argentina no lo tuvo. Cedió la pelota, vio cómo Chile lo presionaba y nunca se supo a qué jugaba.
Chile, justo campeón, fue muy levemente superior. Siempre mostró esas ganas de ganar. Es cierto que los pitos siempre fueron aliados. De hecho, la patada de Medel a Messi es roja en Europa, según dijo el periodista español Juan Castro de Marca, que ve al Barcelona todos los fines de semana.
Una final decepcionante. Uno esperaba goles de los dos lados. Y los dos se terminaron casi conformando.
Es cierto que Pastore no tuvo un buen partido, pero no se entiende por qué siempre sale él. Y tampoco se entiende que entre por él Banega.
Algo está diciendo que en la finales se termine elogiando la labor de Mascherano un gran estandarte de esta selección, el verdadero capitán del equipo. Pero si se lo resalta a él en estos momentos, es porque algo no bueno ocurrió en ofensiva.
Messi pareciera sufrir las finales con Argentina. Parece demasiada presión.
No vamos a empezar a pedir cabezas. Para nada. Lo que se pide es respetar una idea convincentemente, hasta el último segundo de una final...
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