Hace un par de domingos por la mañana, mi hermano el taxista levantó en Ramón Falcón y San Pedrito (Flores) a una persona con su mujer y lo primero que dijo el pasajero apenas se sentó fue "Yo jugué en la Primera de Boca". Los grandes y humildes son así: en cámara se sienten incómodos, pero chapean con la gente trabajadora para charlar con ellos, conocerlos e intercambiar ideas. Se mimetizan.
Mi hermano lo miró por el espejo retrovisor: "Dejame pensar".
-"En los años ´60, más o menos".
Ariel retrucó: "¡¿Rojitas!?!". y Siguió:
-"Escúcheme Ángel: usted es el ídolo más grande de la historia de Boca! Se habla mucho de Maradona pero ganó un solo título en Boca".
- "Cómo sabés gordo! Igual el más grande es Román, yo puedo acercarme un poco pero el más grande es él".
- "¿Y Tévez?".
- "No, ese vino a hacer política. Es un poco mejor que del montón. Nosotros, los de mi generación que trabajamos en el club no hacemos política. Él sí".
- "¿Adónde va Ángel?"
- "A Quilmes. Yo soy hincha de Boca y también de Quilmes. Mi hijo es enfermo".
Siguió la charla con diferentes temas. Uno de ellos fue el Loco Corbatta:
-"Me lo llevé un tiempo a vivir a mi casa. No hubo caso. Tomaba mucho. Racing lo tenía ahí tirado y no fue capaz de ayudarlo".
Volvieron al tema Riquelme:
-"Cuando me operaron y estuve mal, vino todas las tardes a la clínica a acompañarme y tomar mate. Ese pibe es un crack de verdad".
- "Ya llegamos Ángel, son 160 pesos pero no te voy a cobrar".
- "¿Estás loco? Es tu trabajo. De ninguna manera".
- "Bueno, entonces te cobro 100 pesos nada más".
- "Está bien. Te pago cien pesos... pero dame un beso, Gordo!".
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