EL (MI) CANDIDATO

Ya transcurrido el sorteo del mundial, de aquí en más sólo queda prepararse para el 11 de junio.
De las bolillas extraídas (a propósito, ¡qué grandes son...), quedan algunas conclusiones. Como por ejemplo que la selección argentina fue beneficiada con la conformación del grupo B. No sólo por los rivales (Nigeria, Corea del Sur y Grecia) sino también por los escasos kilómetros que deberrá recorrer desde su lugar de concentración -Pretoria- hasta la sede de los dos primeros encuentros, Johannesburgo.
Que el grupo más difícil parece ser el A (Sudáfrica, Uruguay, México y Francia) y que Brasil tampoco la tendrá fácil en el comienzo (Costa de Marfil, Corea del Norte y Portugal). Pero en referencia a ésto último habría que señalar también la poca satisfacción que deben sentir los rivales de los pentacampeones del mundo sabiendo que deben enfrentarlo.
Esto en el aspecto grupos. Pero si vamos hacia lo estrictamente futbolístico, que es lo que más nos importa y de lo que menos se habla en tantos medios de "incomunicación", habría que señalar cuáles son los equipos con más chances para llevarse la copa del mundo.
En primer lugar, según la concepción de quien escribe, España es la que tiene más posibilidades de antemano. Sencillamente porque sabe a lo qué juega y porque ese tipo de juego conjuga dos valores imprescindibles en el fútbol: estética y efectividad. Y para llevar a cabo la misma se precisa de la mejor materia prima que no es más que los jugadores de fútbol. La selección española cuenta con valores de enorme capacidad técnica, táctica y estratégica. Nombremos algunos: Iniesta y Xabi (dos de los mejores cinco volantes del planeta), Fernando Torres, Puyol, David Villa, Fábregas, Casillas, Xabi Alonso, Piqué y otros. Por supuesto que puede perder, como pasó en la pasada Copa de las Confederaciones ante Estados Unidos pero las posibilidades de triunfar son óptimas teniendo en cuenta el funcionamiento colectivo.
La selección ibérica es la última campeona de Europa, algo que no lograba desde 1964. Y logró ese torneo de inobjetable forma.
Pero lo que más se destaca es lo bien que juega esta selección. Con un técnico como Vicente del Bosque (gran jugador y técnico de aquel Real Madrid ganador de Europa en el 2000) que gusta de esa forma como pocos. Continuando el trabajo hecho por Aragonés.
Muchos dirán -y otros dicen- que los candidatos caen en el momento de la verdad. Suele ocurrir. Y también se menciona las veces que España viajó como candidato y volvió como "candidato a recibir monedazos en el aeropuerto". Pero era otro equipo. Comandado por el ultradefensivo Javier Clemente, un personaje que ignoraba las formas y que tenía como slogan "la belleza está en el resultado". Bueno, lo suyo fue feo en los mundiales.
Hoy, más allá de lo que pueda determinar la imprevisibilidad y el azar de la situaciones de un juego que depende de la decisión de 46 piernas y 23 mentes, el margen de acción para reducir la suerte lo tiene la Roja europea casi como nadie en su continente.
Después están los grandes de siempre. Brasil, aún sin ser vistoso, tiene mucha historia y campeonatos, grandes estrellas y conoce ésto de codearse con la gloria.
Inglaterra, Alemania, Italia. A Francia le costó mucho llegar de la mano de Henry y puede haber como siempre, una sopresa, esta vez africana, tal vez, por jugarse en ese espectro del planeta. Costa de Marfil? Camerún? Quién sabe!
¿Argentina? Sólo por historia y la posibilidad de que Messi se convierta en el Maradona de 1986. Si es eso lo que espera el cuerpo técnico, jugadores e hinchas, la selección no se quedará por mucho tiempo en Sudáfrica. Messi no es Maradona y un equipo no puede esperar lo quehaga un solo jugador.
Si es por el corazón (digamos la mitad de este órgano, ya que le selección argentina sin Román Riquelme es como un domingo sin sol) , quien escribe desea que la albiceleste se alze con la copa.
Si es por perseguir una idea, una forma, una manera, una aireada fresca de buen fútbol para el planeta redondo, el (mi) candidato es España. Así de simple. De puta madre!!