08 octubre 2007

BUONANOTICIA

No vamos a enmarcarnos en la utopía de que estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo crack en el fútbol argentino. Y menos de que es la prueba irrefutable de que Argentina demuestra seguir siendo una cantera inagotable, pues nuestro país no es el mismo que engendraba cantidades inmensas de genios artísticos del balón en otros tiempos. Hoy nacen y existen otro tipo de jugadores, menos técnicos y más dependientes de las exigencias, justamente, de los directores técnicos y de todo aquello que el mercantilismo del fútbol del siglo XXI ordena. Y a la que Diego Buonanotte, nueva y grata aparición de River Plate, seguramente no podrá escapar.
Pero lo bueno y lo interesante a la vez, es que el pibe, dentro del poco tiempo que lleva jugando en primera, intentó demostrar que tiene una forma de expresarse dentro de una cancha que parece sentir en forma genuina. Algo que no es poco por estos pagos y en estos momentos.
Dentro de parámetros lógicos, es menester pensar que deberá aprender y muchísimo si su carrera en el fútbol continúa avanzando con el impulso vital de sus dieciocho años. Tendrá que recorrer mucho camino y disputar partidos a doquier. Aunque eta es una idea proyectiva cargada con dosis de ilusión y de ingenuidad. Es que el fútbol argentino, cada vez más, ha perfeccionado su sádico accionar de venta de jugadores como pan caliente. Los responsables tienen nombre y apellido: AFA, dirigentes, empresarios.
Por lo pronto, Diego Buonanotte, despliega su repertorio de chiches adquiridos y aprendidos. Como ayer en el clásico ante Boca, donde le cometieron un penal por pura picardía suya (que Ortega transformó por gol en segunda instancia) , con el caño que ofreció por la punta izquierda de su ataque y que provocó una patada tremenda de un rival boquense.
Por todo eso y por lo que se espera, esta aparición para el fútbol argentino no parece ser una circunstancia para no prestarle atención. Con obvias reservas, sí se asemeja a una "buonanoticia".

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