
No sólo la vida te da sorpresas. También te las da el fútbol. Pero...¿ el fútbol no es parte de la vida? Sí.... pero también pareciera tener vida propia. Más allá de las recurridas frases "el fútbol es mi vida" o " mi vida es el fútbol" ( a las cuales no adhiero ni en su totalidad ni en forma ferviente), este juego está sujeto a los gloriosos avatares de la IMPREVISIBILIDAD, del azar ( mh! ahora no sé si usar esta palabra, aunque queda mejor que suerte ), del constante factor transmutacional de la inconstancia de los estados de ánimo. Inconstancia lógica, neúrotica e inherente a los componentes anímicos.
Bueno, vayamos al grano ( diría un pomo de crema barrocutina, uy! perdón por el chivo, en realidad, no sé si sigue existiendo tal pomada ).
Punto de partida: San lorenzo 4- Racing 3. Punto intermedio: no sé si celebrar un partido de fútbol de semejante envergadura placentera, a saber, cantidad muy buena de goles, resultado cambiante ( aunque el péndulo de la victoria pasó de un equipo a otro respetando naturalidades ), despertar de emociones y sensaciones en la gente presente en el estadio de San Lorenzo. Repito, no sé si alegrarme por vivir pasivamente ( porque no fui a la cancha ) ese encuentro histórico o putear hasta el hartazgo la increíble caída de mi club. Porque respiro aires de neutralidad, pero mi sangre tiene colores propios. Y como todos sabemos, para uno vivir, su sangre debe estar bien oxigenada. Me quedo con las dos cosas, aunque en primer lugar va lo primero, más por necesidad actual ( épocas de vacas flacas la del fútbol argentino de hoy ) que por la otra cuestión. Punto de llegada: las verdades son relativas pero hay algunas que me hacen dudar de su relatividad. Si un equipo va ganando 3 a 0 a los treinta minutos del primer tiempo, ¿ cómo puede ocurrir que termine perdiendo 4 a 3 cuando a diez minutos del final sigue venciendo pero en ese instante por 3 a 2 ? Entonces, creo que queda poco lugar para las dudas. EL FÚTBOL ES CONTAGIO. Es capitalización de momentos que dejan mensajes que el mismo partido, en su misma dinámica, emite.
Expulsión de Campagnuolo. Cambio y sale Sava, el goleador de Racing y entra el arquero suplente, José Gullota; claro signo linguístico: ME VOY A DEFENDER. Te regalo campo y pelota, lo esencial para este juego. Actitud pseudomasoquista. No, masoquista. Porque Racing ni siquiera apuesta al contragolpe. Dos minutos del segundo tiempo y Silvera mete el 2-3. Ah! el 1-3 había sido antes de la expulsión de Campagnuolo. Ramón Díaz tira todo el asado a la parrilla. Adentro Bilos, Romeo y Rivero y salen jugadores de marca. Penal. Tira la Gata Fernández. Ataja el debutante arquero. Bueno, pensé:"por fin, un simbolismo favorable". No. Racing no agarra ni asume la sortija anímica. No la quiere. La deja pasar. Y la película no vuelve a cambiar de argumento. Otra vez centros cruzados. Otra vez goles de San Lorenzo. De Romeo. Que me alegro. ¡ Cuánto faltan los goleadores nueve en Argentina ! Yo miro a los programas, combatientes poderosos de las radios, que enfocan sólo las tribunas y plateas ( era codificado ) y me sorprendo a cada instante en el trabajo. Desde el 3-0 al 4-3. Me resigno. Me alegro. Me interrogo. Me sale el hincha al que no puedo cerrarle más el candado: " nos pasaron en el historial". Lo que queda, y no es poco, es el placer histórico. Recordar también que fue una fecha de 34 goles esta quinta del Apertura 2007. Sí, si, Apertura a final de año o mejor dicho, de la segunda parte del año. Y recordar este partido aunque duela. Pero con VALOR HISTÓRICO, algo que, como la aspirina, alivia el dolor.
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