
Dicen que la primera vez no se olvida. Estudiantes, además de ello, la recordará por siempre. Es que la paliza que le propinó a su eterno rival del bosque traducido en ese histórico 7 a 0, quedará grabada en las memorias pincharratas por los siglos de los siglos.
La producción del equipo de Simeone hizo añicos cualquier resistencia tripera y dio una lección de ataque y de goles. ¿ Qué más?
El primer tiempo había culminado con el ya abultado 3-0 gracias a la actitud ofensiva demostrada por el conjunto. Con dos tanques como Pavone y Calderón derrivando cualquier muralla, con un capitán como Verón que sumado a la limpieza de sus pases tanto cortos como largos indica los caminos a seguir, con un Galván que fue Golván por su sector, con un Braña generoso en la recuperación y más y más..... Como pedía la hinchada en referencia a las conquistas.
La receta fue presión y ataque y salió esta panzada de goles, de toques y de circulación que culminó en fiesta roja y blanca.
Calderón, ese veterano con aires de pibe, metió tres, Galván otros dos, Pavone, un zurdazo lleno de furia y Lugüercio, otro con oportunismo.
Fue la primera vez que Estudiantes hizo de local en este estadio.
Fue la primera vez que se vio esta diferencia de goles y fútbol entre estos dos equipos.
INOLVIDABLE Y RESONANTE, COMO TODA PRIMERA VEZ.
1 comentario:
Excelente la nota. Me acuerdo cuando la leiste en la facultad y el profesor te la hizo repetir para ensañarnos a todos como se escribe. Un crack.
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