
Cayó como un balde de agua fría para aquellos que disfrutan de sus delicias futbolísticas, esas en forma de tacos cargados de sutileza, de caños suaves ante la resignación del rival o de tiros libres enguantados en esa inquieta y delicada pierna derecha. A pesar de que en Alemania se esperaba más de él.
Vino como anillo al dedo para quienes lo creen y lo tildan intencionalmente, por supuesto, de pecho frío ( qué significará eso?), defendiendo este negocio llamado fútbol y que no parece admitir a aquellos que hacen cosas distintas, jugando a otra velocidad, un pecado para los tiempos post-modernos en que vivimos.
Les habrá arrancado un alivio para los que, desde el discenso, no lo aceptan como jugador para sus equipos imaginarios.
La realidad indica que Juan Román Riquelme renunció a seguir vistiendo la camiseta por la que sueña cualquier argentino: la nacional. Y hasta hubo miseria en las críticas que le siguieron efectuando a las razones que el mismo estratega había especificado.
El capitán del último partido que disputó la selección enfrentó las cámaras de televisión después de haberle comunicado su decisión, por vía telefónica, al mismísimo técinico Alfio Basile, quien se encontraba en Brasil esperando el choque de su equipo ( Boca Juniors, aunque parezca increíble) ante el San Pablo por la Recopa Sudamericana.
"No puedo permitir que mi madre sufra y menos tolerar que tenga problemas de salud a causa de escuchar las críticas que me hacen por mi actuación en la selección. Ella no me decía nada, pero a través de mi hermana me enteré que la internaron por segunda vez.
Yo fui criado de una determinada manera, respeto al otro y tengo una manera de ser que por ahí no simpatiza; yo soy así, soy feliz jugando al fútbol, pero LO MÁS IMPORTANTE ES MI FAMILIA y mi misión es cuidar a mi madre.
Cumplí el sueño de cualquier argentino que es vestir la casaca de la selección y jugar un mundial, pero es una decisión tomada, agradezco a Basile que me haya confiado la capitanía, estoy seguro que cualquiera de los muchachos podrán reemplazarme sin ningún problema.
Además esto es muy difícil, nos juntamos dos días antes de un partido, tomamos unos mates, nos damos un par de abrazos y salimos a la cancha. Y hay que rendir, no hay idea de equipo, falta trabajo"
De estas declaraciones de Riquelme pueden analizarse muchas cosas que abarcarían varias líneas más de las pensadas.
Lo más importante es que hay en las palabras del enganche una CERTERA, FIRME Y CLARA AFIRMACIÓN DE PRINCIPIOS Y VALORES. En un país donde la gran mayoría de los medios explota la fanatización del fútbol, es arena de otro costal escuchar a alguien decir lo que dijo Román.
Y ahí llega la catarata de juicios y desde todos los sectores:"¿cómo va a dejar a la selección por eso?". Simple: Riquelme conoce sus cimientos humanos y tiene una actitud formada sobre qué es lo que debe hacer, lo contrario de muchos, que dicen desde el sillón de sus hogares y condenan desde las posterioridades de los hechos.
Ciertos periodistas, por la función social que ejercen, deberían tener más precaución a la hora de juzgar a las personas y mirarse un poco más ese agujerito que tenemos los humanos en la panza.
Y los consumidores, ponerse en el lugar de los acontecimientos en vez de recibir lo ya formado en la información ( perdón, lo ya manipulado).
Seguramente Riquelme ama más a su familia que al fútbol que lo divierte y que él mismo hace que lo divierta, a él y a muchos otros. Ese que ya no endulzará los buenos ojos de los hinchas de la celeste y blanca. Qué pena.
1 comentario:
Estoy muy de acuerdo con vos. creo que todos aquellos que lo critican a riquelme por su forma de jugar, no entienden nada de futbol. La que tiene que correr es la pelota no el jugador.
Mariano
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