Clarín, con la ayuda de gran parte de la justicia, sigue operando, tergiversando, mintiendo, con permiso en forma de cautelar. Envenenando y colonizando las mentes de muchos compatriotas, que aún hoy no logran desbloquear esa pertenencia que les parece tradicional. Para no pocas personas, Clarín es sinónimo de mate, asado, el dulce de leche y los ravioles de Doña Dominga.
Sin embargo, con la impunidad que los caracteriza, se presentó en estos días prepotentemente un periodista del Grupo, sin haber pedido antes una entrevista, a las puertas del Afsca. Buscaban provocar a su titular. Aún así Martín Sabbatella lo atendió. Lo atendió en todo sentido. Las inconsistencias del periodista títere de Clarín chocó con la verdad del funcionario, que no es otra que la verdad de la realidad. Seguirán prepoteando y patoteando, con la mentira como escudo, ensuciando la labor del periodismo día a día. Lo hacen porque intuyen que somos muchos los que ya sabemos quién es Clarín.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario