
*Después de una díficil semana por cuestiones personales que hizo dudar su presencia en el equipo, Martín Palermo dijo presente y cumplió con su tarea: convirtió dos goles para la goleada de Boca ante Banfield por tres tantos a cero. Las conversiones fueran todas en el segundo tiempo y el goleador fue apoyado incondicionalmente por Basile, el resto del cuerpo técnico y sus compañeros. Emocionante.
Daban ganas de llorar junto a él cuando ya se habían consumado los dos goles de su cosecha personal y que lo acerca a ser uno de los más grandes goleadores de la historia del fútbol argentino, gustos aparte, por supuesto. Llorar junto a Palermo para compartir esa extraña mezcla de alegría por los goles y la enorme tristeza por otro ( en la semana, el goleador esperaba ser padre pero su hijo nació prematuro y sin vida). Y no iba a jugar Martín, por la más que entendible razón. Pero pidió estar y se sintió cumplido consigo mismo. Con sus compañeros. Con la gente de Boca.
El partido venía cerrado en el marcador (no en el juego) y el primer tiempo terminó en cero.
En el segundo Martín apareció a los 12 y definió algo mordido ante dos defensores visitantes y la pelota entró mansita al arco de Lucchetti. Luego, a quince minutos del cierre, supo capitalizar el final de una jugada con toques en el área y se estiró con sus largas piernas y de zurda decretó el 3 a 0 final.
Luego Basile lo sacó y lo abrazó fraternalmente y el 9 recibió el apoyo de todos, como un chico triste.
Un resultado evidente
Introduciéndonos en la dinámica del encuentro, lo primero que hay que decir es que Boca ganó muy bien, con firmeza para ir a buscar el partido y con la insistencia de tocar para llegar, algo tan natural y esencial en el fútbol. Porque este Boca ya es un equipo con estilo definido y lo más destacable: nunca deja de intentar lastimar a su rival, sea cual fuere el resultado. Por lo menos se verá esto hasta el próximo 14 de septiembre, cuando Basile se aleje del club para asumir su gran REVANCHA llamada Selección Nacional.
Decíamos que Boca siempre intentó doblegar a Banfield, en la primera mitad sólo le faltó hacerlo en la red porque todo fue xeneixe, especialmente en los primeros veinte minutos. Y el estandarte fue Gago, ese "mocoso adulto"que es para adueñarse del mediocampo, para quitar y distribuir, ordenar y avanzar, un relojito el pibe, diría Coco.
Es que sus ganas y su claridad para el toque transforma a los demás, agregando que muchos de éstos ya de por sí son grandes jugadores.
A los cinco minutos Banfield ya se había salvado dos veces, primero fue un cabezazo de Palermo que entre Lucchetti y el palo salvaron al Taladro, luego fue un anticipo del 5 boquense y Marino remató cruzado y cerquita del segundo poste. Palacio no quizo ser menos, se mandó un jugadón con quinta velocidad incluida pero su zurdazo fue a las manos bien ubicadas del uno rival.
El ritmo fue menguando y Banfield se animó a dar alguna respuesta, claro que con un 4-4-2 y jugando sin enganche, la cosa no parecía ser muy prometedora, ofensivamente hablando.
Pochola Silva y Lujambio lucharon solos arriba, esperando alguna maniobra de Andrizzi o alguna subida de Galarza para que los conectara, no hubo caso, sólo un débil tiro del ex- Gimnasia de Jujuy que contuvo el debutante Bobadilla y un forzado cabezazo del uruguayo que se fue por arriba luego de un tiro de esquina.
Recién en el cierre de la primera etapa Boca volvió al partido con una escapada de Palacio que terminó en el piso (fingió un penal y Favale no lo amonestó) y un tenue remate de Battaglia que no trajo problemas para los de Leeb. El cero a cero tenía olor a poca vida.
LO MEJOR
Palermo y sus goles como el pez en el agua, su hábitat, así llegó lo mejor.
Ese pase de Battaglia y la lucha del TITÁN para abrir el marcador entre dos férreos defensores. Gol, llanto, emoción.
Boca había comenzado igual, Banfield con Matute Morales en cancha y un tiro de Galarza desperdiciado de frente a Bobadilla.
Pero los bicampeones fueron con más decisión, más movilidad, más circulación, esa característica de los equipos de Don Alfio. Y después del gol de Palermo, Battaglia avisaba con un cabezazo y confirmaba a los 21 sus intenciones ofensivas, córner desde la derecha y casi eligiendo el palo con su pierna diestra mete el segundo. El oficio de campeón hecho presente y la goleada como certificación de un equipo que SABE A QUÉ JUEGA, cuando Martín, al mejor estilo Palermo (tirándose al piso y esforzándose) infla la red una vez más con su pierna más hábil.
Banfield ni con un regalo del Cata Díaz (increíble en él) logra convertir, Silvio González, solo, la tira afuera.
Todos los elogios, los abrazos y los apoyos fueron para el goleador, un hombre que con su fortaleza mental suplanta sus deficiencias técnicas y llega a ser figura en un partido, como dijo Basile en la conferencia de prensa post-partido: "A veces un jugador que no entrena durante la semana pero pide jugar el partido del domingo por las ganas que tiene, rinde más que si hubiese estado practicando". El ojo sabio del Coco.
BOCA: Bobadilla; Ibarra, Silvestre, Díaz y Krupoviesa; Battaglia, Gago y N.Cardozo; Marino; Palacio y Palermo. DT:Alfio Basile.
Cambios: st26m Ledesma por Marino, 34m B.Schellotto por Palermo y 43m Vargas por Battaglia.
Suplentes: Migliore, Morel, Calvo y Delgado.
BANFIELD: Lucchetti; Barraza, Galván, Sanguinetti y Pagés; Galarza, Santana, Grana y Andrizzi; Silva y Lujambio. DT: Carlos Leeb.
Cambios: st 3m Ángel Morales por Barraza, 20m Silvio González por Andrizzi y 29m Cvitanich por Silva.
Suplentes: Santillo, Robledo, Salvatierra y Bardaro.
GOLES: 57M PALERMO (BO.), 66M BATTAGLIA (BO.) Y 75M PALERMO (BO.)
Amonestados: Palermo y Marino (Boca). Barraza, Galván, Pagés y Grana (Banfield)
Cancha: Boca Juniors.
Árbitro: Gabriel Favale.
Resultados de la fecha 1
2 Racing Chicago 0
3 Arsenal Gimnasia (La Plata) 1
1 Colón Independienta 4
0 Gimnasia (Jujuy) San Lorenzo 1
1 Argentinos Godoy Cruz (Mza.) 0
3 Ñewells Vélez 0
0 Quilmes Estudiantes 1
3 Boca Banfield 0
0 Lanús River 2
1 Belgrano (Cba.) R.Central 0
Julián Ezequiel Lichene
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