
No es posible por el momento transformar la tristeza en alegría. Son instantes para "sentir", llorar y dejar fluir la angustia por la pérdida de alguien que le puso el cuerpo a la política y miró al pueblo convincentemente.
El vacío no se podrá llenar, simplemente porque cada ser es distinto. Pero sí anhelamos que el colectivo con la política como estandarte (uno de los legados de Kirchner) llene de fuerzas a nuestra Presidenta para continuar y seguir mejorando nuestras vidas.
Con las palabras que vos querías que te despidieran después de tu mandato: "¡Gracias Néstor!"