
Da la sensación que Boca perdió más que dos superclásicos de verano, que por otra parte... uno se pregunta ¿es beneficioso para los equipos competir en medio de una minipretemporada?
Se quedó sin dos eslabones importantes dentro de la estructura del club: el DT y el mánager. Más allá de las funciones y rendimientos de cada uno, las idas de Basile primero y Bianchi después, son dos sacudones que hablan de la gravedad institucional del club.
Tanto el Coco como el Virrey perdieron puntos en cuanto a la materia expectativas. El equipo casi nunca jugó bien el campeonato pasado. Cuando se empezó a ganar, se lesionó su jugador más importante (Riquelme), de hecho Palermo no volvió a marcar cuando el 10 quedó out hasta la última fecha ante el campeón Banfield. Una rápida eliminación de la Copa Sudamericana y un año sin títulos después de muchos (el 2002 fue el último tiempo sin gloria) mellaron mal y excesivamente en las apuestas de las autoridades.
Y además, todo indica que Basile no está para soportar presión mediática, peleas internas y luchas dirigenciales. Tal vez a su edad, quiera estar en un lugar con tranquilidad para trabajar.
La figura de Bianchi nunca se entendió. Más allá de una función que no fue lo suficientemente esclarecida (compra-venta de jugadores, control en el tema inferiores, regulación de contratos, etc.) deberá responder por la adquisición de Matías Giménez siendo su hijo Mauro Bianchi el representante, entre otras cosas. Su lugar se hizo insostenible por la presión para que sea el técnico y su negativa a asumir ahora. Boca pudo haberlo esperado.
Por otro lado ¿sirven los mánagers? ¿Qué hacen? ¿Realmente son necesarios o se está exportanto una modalidad europea?
Sin embargo, nada ni nadie garantiza éxitos y resultados.
Boca parece estar alejándose de ellos. En lo futbolístico, seguro.